Ilustración

¿Qué es la Ilustración?

Kant la define mucho mejor: la salida del hombre de su autoculpable minoría de edad… sigue leyendo.

Elige uno de los vídeos para conocer brevemente qué fue la Ilustración: el primero, más resumido; el segundo, un poco más completo.

Si has entendido su esencia, comprenderás este famoso texto: La paz perpetua, de Kant.


PECHAKUCHA ILUSTRADO

El Siglo de las Luces nos dejó en herencia la afirmación de la libertad, la dignidad del individuo, la identificación de unos derechos fundamentales universales y la importancia de la educación.

La Ilustración inspiró la Revolución americana, que desembocó en la independencia de Estados Unidos, y la Revolución francesa de 1789, que acabó decapitando a la monarquía. Este movimiento se caracterizaba por la autonomía, el espíritu crítico, el optimismo, el racionalismo y el reformismo; y tuvo como base el despotismo ilustrado y la Enciclopedia como medio para difundir los saberes.

TE TOCA A TI. Investigad por grupos los términos destacados en negrita, buscad varias fotos que los representen y elaborad una presentación de 10 a 20 diapositivas con esas imágenes. A continuación, los expondremos con un pechakucha: tendréis que adivinar que explicar qué fue la ilustración con 10/20 diapositivas que se contarán en 20 segundos cada una. Total de la exposición: 3’20»/6’40».

Hagamos un ejemplo… accede a estas presentaciones elaboradas por alumnado de 1Bachillerato. Pechakucha 1

Si quieres seguir leyendo, ve a la BNE.


COMENTARIO DE TEXTOS LITERARIOS

Los textos literarios se sitúan en mundos imaginarios creados a través de un lenguaje verbal, con sucesos ficticios que, en ocasiones, se parecen bastante a la realidad. El emisor real (autor o autora) establece un circuito externo con los receptores reales (lectores, oyentes o espectadores); sin embargo, cada género literario, establece un circuito interno (la voz lírica, los personajes, el narrador…). Por ello, tradicionalmente, los textos literarios se han clasificado en grandes áreas, llamados géneros literarios:

  • Narrativo, en los que el narrador cuenta una historia ficticia a través de unos personajes, situados en un espacio y un tiempo.
  • Lírico, textos en general breves y en verso que sirve como cauce de expresión de los sentimientos, emociones o estados de ánimo.
  • Dramático, concebidos para ser representados, por lo que la acción se representa a través de las palabras y los comportamientos de los personajes, sin que exista un narrador que medie como tal.
  • Didáctico, con el objetivo de enseñar o transmitir conocimientos, habilidades o valores, típicos de la Ilustración, periodo clave de la historia que supo ver la importancia de la educación para lograr una vida plena.

Analizar e interpretar razonadamente los textos literarios es esencial en nuestra materia, por lo que vamos a trabajar parte de este tema y el siguiente (Romanticismo), mediante el comentario de textos literarios. En el siguiente pdf y en las páginas 186, 188, 189, 190 y 192 de vuestro libro, tenéis teoría que os puede ayudar. En las páginas 194-198 tenéis ejemplos de comentarios líricos, narrativos y dramáticos; y en las 356-357, un ejemplo del comentario de un texto ensayístico (didácticos).

TALLER DISCURSO POLÍTICO Y PERSUASIÓN

Apuntes elaborados por la filóloga Silvia Alonso Fernández

TEXTOS DIDÁCTICOS

Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764). Este noble gallego fue uno de los primeros en introducir las ideas de la Ilustración en España. Fue un religioso benedictino y trabajó como profesor de teología en Oviedo. Escribía para «impugnar errores comunes»; es decir, combatir supersticiones y prejuicios mediante un pensamiento racional. Para ello, trataba diversos temas (magia, milagros, astrología, consideración de la mujer, idiomas, patriotismo…), basados en su experiencia, con afán divulgador (ya que los comparte con los enciclopedistas franceses); y los expresa de manera muy natural, por lo que tuvo bastante éxito y prestigio en vida (a la par que polémica). Además de los cinco volúmenes de Cartas eruditas y curiosas, sus ensayos están reunidos en los ocho tomos del Teatro crítico universal. He aquí un par de fragmentos.

Josefa Amar y Borbón (1743-1833). Ensayista y traductora, fue una gran lectora que conoció de primera mano la literatura francesa; además de criticar la religiosidad de la época. Sus obras se basaron en la defensa de los valores de la mujer y la igualdad ante los hombres. Ejemplo de ello es su Discurso en defensa del talento de las mugeres, de 1786, con el que participó en la Junta de Damas de Madrid.

Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811). Nació en Gijón, pero vivió gran parte de su vida en Madrid, donde dirigió la Sociedad Económica Matritense. Fue (brevemente) ministro de Gracia y Justicia con Carlos IV e intentó limitar la influencia de la Inquisición y de la iglesia. Debido a sus ideas ilustradas, fue detenido y encarcelado en un castillo en Mallorca. Cuando le liberaron, no quiso formar parte del gobierno de José Bonaparte; es más, trató de organizar la resistencia contra la ocupación napoleónica. Fue un gran reformista, lo que refleja en sus dos ensayos principales: Memoria para el arreglo de la policía de los espectáculos y diversiones públicas y sobre su origen en España, en el que propone una reforma del teatro, para que incluya instrucción y diversión e Informe sobre la ley agraria, en el que trata el tema de la desamortización y plantea la opción de repartir la tierra entre los pequeños propietarios, par evitar el abuso de la nobleza privilegiada (he aquí un fragmento).

Olympia de Gouges (1748-1793). Personaje que destacó por su valor y coraje. Fue hija bastarda del Marqués de Pompignan (o de Luis XV), a lo que ella respondía: «yo no soy hija de Rey, sino de una cabeza coronada de laureles». Marginada por la sociedad, la casaron con un vendedor que murió poco tiempo después. Fue una anarquista sin bando, autodidacta con gran creatividad y se la considera una «heroína del feminismo revolucionario». Este escrito es ejemplo de ello: Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadanía, inspirado en la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, que se escribió poco antes (y únicamente en masculino). Por aquel entonces corría el 1791…

Tomás de Iriarte (1750-1791). Fue un poeta con gran difusión en el siglo XVIII español. Junto a Félix María Samaniego, fueron los dos principales fabulistas españoles (breves relatos ficticios -normalmente protagonizados por animales-, con una moraleja final, que tienen el objetivo de enseñar). Samaniego escribió Fábulas morales; e Iriarte, Fábulas literarias. Escuchemos una de las más conocidas.

Fábula: el burro flautista

El apretón, que habla precisamente de eso: de cuando uno no puede aguantarse y solo tiene el campo para liberarse. Iriarte lo explica mucho mejor en el siguiente poema.

María Josefa Alonso Pimentel y Borja (1752-1834). La condesa de Benavente cultivó la política, la ciencia, el arte y la literatura en los salones y tertulias de la época; gobernó sus estados y señoríos junto con su marido, el duque de Osuna (junto al cual compró la casa de recreo La Alameda de Osuna); además de criar y educar directamente a sus cinco hijos. Su primogénito, Francisco de Borja, entroncó con la nobiliaria Casa del Infantado; su hija Joaquina, la marquesa de Santa Cruz, fue retratada por Goya; su hijo Pedro fue director del Museo del Prado y de la Academia de Bellas Artes; y sus otras dos hijas, marquesas y duquesas. También fue conocida por su gran despilfarro y ostentación, y su generosidad con escritores como Tomás de Iriarte, Leandro Fernández de Moratín o Jovellanos, habituales de sus tertulias.

Mary Wollstonecraft (1759-1797). Madre de la creadora de Frankenstein: Mary Shelley, escribió en 1792 una declaración que hizo añicos el estereotipo de la dama dócil y ornamental que no podía tener acceso a la educación, anticipando la igualdad de los derechos entre hombres y mujeres. La obra, traducida al español, se conoce como Vindicación de los derechos de la mujer.

OTROS GÉNEROS

Jonathan Swift (1667-1745). Escritor satírico irlandés, autor de Los viajes de Gulliver (publicado anónimamente), una crítica de la sociedad humana. Swift tenía un estilo tan característico de narrar, que tiene nombre propio: swiftiano. Esta obra ha inspirado numerosas adaptaciones, como la película del 2010.

María Francisca de Isla y Losada (1734-1808), poetisa y promotora/asesora de la obra de su hermanastro, el padre Isla (con el que se llevaba muy bien), es conocida como «La perla gallega». Cultivó el género epistolar y estuvo preparando durante años una colección de Cartas familiares, con las cartas que enviaba a su hermana y a su cuñado. A pesar de su fecunda obra, no son muchas las composiciones que han llegado a día de hoy (parece ser que fue ella quien quemó su producción antes de morir). A la muerte de su hermano, dedicó su tiempo a publicar las obras inéditas de él (por lo que tuvo que lidiar con la censura).

Nicolás Fernández de Moratín (1737-1780). Su padre era el jefe del guardajoyas de la Casa Real, y su hijo fue el famoso dramaturgo Leandro Fernández de Moratín, junto al que escribió el que fuera prohibido por la Inquisición, Arte de las putas, dedicado a las prostitutas y su negocio (he aquí un fragmento). Al morir el rey, se trasladó con sus hijos a La Granja de San Idelfonso, donde había trasladado su residencia Isabel de Farnesio, la viuda del rey; por lo que pasó al servicio de la reina. Fue abogado y poeta; de hecho, en sus poemas, se queja de la práctica judicial. Frecuentaba los círculos literarios, colaboraba con periódicos, como El Poeta y escribió obras teatrales; incluso concursó para una cátedra de Poética en los jesuitas, que no ganó, pero en la que trabajó, porque tuvo que sustituir al titular.

Juan Meléndez Valdés (1754-1817). Extremeño de nacimiento, se trasladó a la Corte para continuar su aprendizaje y estudió Latín y Filosofía. Se trasladó a Salamanca para estudiar en la Facultad de Derecho, pero también cultivó poesía, como Los besos de amor.

Poema III

Leandro Fernández de Moratín (1760-1828). Nacido en una familia de ambiente ilustrado, viajó por toda Europa y fue uno de los afrancesados que colaboró con el gobierno de José Bonaparte, por lo que tuvo que exiliarse cuando volvió Fernando VII con el absolutismo; en Francia se hizo amigo de Goya. El teatro fue muy polémico en el siglo XVIII, ya que los ilustrados querían convertir el género dramático en una vía para difundir sus ideas y poder así transformar la sociedad; esto chocaba con el público, que entendía el teatro como una diversión, al estilo barroco. Moratín cultivó este género con cinco comedias neoclásicas, que satirizan el teatro de antes por un lado y critican las costumbres de la sociedad de aquel entonces, por otro. Usa una nueva fórmula teatral, que se refleja muy bien en El sí de las niñas, una crítica a los matrimonios de conveniencia, que aboga por la defensa del derecho de la mujer a elegir marido, así como una educación basada en la libertad.

José Cadalso (1741-1782). Gaditano y descendiente de comerciantes con bastante dinero, estuvo en Francia e Inglaterra, por lo que se convirtió en un joven culto y cosmopolita. También fue militar y llegó a coronel. Murió con apenas cuarenta años, durante un asedio a Gibraltar (en el que había solicitado participar, por cierto). En vida, tuvo mucho éxito como escritor con Los eruditos a la violeta, una sátira contra la educación superficial, la pedantería y la ignorancia. Después de su muerte, siguió siendo famoso por la leyenda que acompañó a un libro que inauguró el género sepulcral: Noches lúgubres, en la que un enamorado quiere desenterrar el cadáver de su amada después de la trágica muerte de esta. La historia está basada en hechos reales: Cadalso tenía un romance con una actriz, María Ignacia Ibáñez, con la que se quería casar, a pesar de la oposición de sus amigos y el ejército, que amenazó con expulsarlo. No se casaron y ella murió con 25 años, por fiebres tifoideas. El escritor estuvo a punto de desenterrarla, pero se lo impidieron. Una de sus obras más famosas es Cartas marruecas, inspirada en una obra de Montesquieu, que critica la España de aquel entonces. Lo hace a través del joven marroquí Gazel que visita la península, encarnación de la inocencia y la curiosidad; el portavoz de las ideas ilustradas, Nuño; y el maestro y consejero de Gazel: Ben Beley.

Carta XLII: de Nuño a Ben-Beley